Juana I de Castilla
Reina de Castilla, de Navarra, de Aragón, de Mallorca, de Nápoles y de Sicilia
Interpretado por Irene Escolar
Tercera hija de los Reyes Católicos, nació el mismo año que murió su abuelo Juan II de Aragón, fallecimiento que hizo realidad el sueño anhelado por sus padres de la unidad de los dos reinos. Fue la reina que pudo tenerlo todo y no tuvo nada.
A pesar de que no se había pensado en ella como heredera, recibió una gran formación intelectual al ser desde joven la hija de los reyes más despierta. En su testamento y habiendo sido ya designados sucesores Juana y Felipe el Hermoso, la reina Isabel les pidió que tuvieran a bien conceder todo tipo de benevolencias a la Inquisición.
Según las crónicas de aquel tiempo, Juana era muy inteligente y responsable, con un sentido de Estado superior al de otros de su rango. Fue, al igual que sus hermanos, una ficha más del engranaje de la compleja política de matrimonios ideada por los Reyes Católicos para asegurarse unas buenas relaciones con los vecinos portugueses y fortalecer la posición de su Corona en Europa. De esta forma, mientras Isabel era casada con Alfonso de Portugal -aunque la joven murió al poco de contraer matrimonio-, el príncipe Juan contraía nupcias con Margarita de Flandes. Juana quedaba así emparejada con el otro hijo de María de Borgoña, el archiduque de Austria y señor de los Países Bajos, Felipe el Hermoso.
En el momento del enlace, los Reyes Católicos están en guerra con la Francia de Carlos VIII. En un intento de asegurar el doble matrimonio con los Borgoña, los castellanos decidieron enviar por barco a la infanta Juana, que solo tenia 16 años, custodiada por una férrea armada hasta su nueva tierra. Esa misma armada debería traer de vueltat a la prometida de Juan, Margarita de Flandes. La Reina Isabel vivió con zozobra esta partida, sabedora del caracter introvertido de su hija.
La misma zozobra que sintió tras la muerte de su hijo Juan y que despejó el camino al trono de Juana, aunque fue su marido Felipe el que reclamó la Corona en su nombre. A pesar de los intentos de los Reyes Católicos de que esto no sucediera y tras una carambola fatídica del destino contra los otros sucesores, el trono terminó cayendo de su parte.
Aparte de los celos heredados y de la pasión torturada que sentía por su marido, más que una enajenada Juana era una mujer superdotada intelectualmente e hipersensible en el aspecto emocional. De ahí partieronsus problemas, que se acrecentararon con el aislamiento al que se vio sometida.
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