viernes, 30 de enero de 2015

La descendencia de los Reyes Católicos


Isabel y Fernando, Los soberanos de las Coronas de Castilla y Aragón.
Los Reyes Católicos frente a la situación de enemistad que las coronas españolas tenían con Francia basaron su política exterior en la creación de vínculos matrimoniales entre sus descendientes y las casas reales europeas con la intención de asentar un influjo hispano en el resto de Europa y así mantener aislados a los galos.
Su hábil política matrimonial llevó a que, con los años, bajo el poder de un soberano español, se reuniera el imperio más grande hasta entonces conocido y a que España fuera conocida como el imperio donde nunca se ponía el sol.
Sin embargo, el destino de los sucesores de sus católicas majestades estuvo marcado por el infortunio y la adversidad, sus vidas estuvieron afectadas por la enfermedad, la traición y la muerte, hecho que no supuso que la siguiente generación no alcanzara la gloria y el éxito como fue el caso del rey Carlos I de España y a su vez emperador Carlos V del Sacro Imperio.
La primera hija de los Reyes Católicos nació el 2 de Octubre de 1470 en Dueñas, actual provincia de Palencia; en el año 1476 fue declarada heredera de la Corona de Castilla , sin embargo, el nacimiento de su hermano Juan el 30 de Junio de 1478 desplazó a Isabel en segundo lugar en la línea sucesoria, por lo que pasaría de heredera a instrumento político al servicio del interés de las coronas de Castilla y Aragón. Así pues, los Reyes Católicos concertaron sumatrimonio con el heredero del trono de Portugal, el príncipe Alfonso, enlace que tuvo lugar en 1490, contaba la infanta con veinte años y el príncipe portugués con quince, sin embargo, el destino quiso que la unión fuera efímera pues en el año 1491 fallece el príncipe de una caída de su caballo. Tras la muerte de su esposo, Isabel regresa a España y comienza a llevar una vida austera y religiosa, es así que pidió a sus padres, los reyes, que la permitieran tomar los hábitos y dedicarse a la oración, mas Isabel y Fernando ya habían planeado su futuro, se casaría con el recién nombrado rey de Portugal Manuel I El Afortunado en el año 1496.



Antes de avanzar sobre el devenir de la infanta Isabel, hablaremos de su hermano Juan, nacido en Sevilla el 30 de Junio de 1478,  segundo hijo de los Reyes Católicos y príncipe heredero de las coronas de Castilla y Aragón. Así las Cortes de Toledo en 1480 lo invistieron Príncipe de Asturias, y también el rey Fernando consiguió que lo nombraran heredero oficial de la corona aragonesa, por tanto, en 1484 recibiría el título de príncipe de Gerona por las Cortes de Tarazona. En 1495, sus padres ya habían pactado su matrimonio y el de su hermana Juana, siguiente hija de los Reyes Católicos, con los hijos del emperador Maximiliano I de Alemania, Margarita y Felipe respectivamente, así la flota que llevaría a la Infanta Juana a Flandes, regresaría con la archiduquesa de Austria a España; se dice que la esposa era muy bella y poseía una buena instrucción, era dos años menor que el príncipe español y que ambos se enamoraron en poco tiempo.
Sin embargo, los meses siguientes al matrimonio fueron críticos para el joven príncipe, enfermaría de viruela, pues era conocida su débil salud desde su niñez, y más tarde sufriría un ataque de fiebres violentas que causarían definitivamente su muerte el 4 de octubre de 1497, dejando a su esposa embarazada de una hija póstuma y prematura que no sobreviviría después de su nacimiento. Se dice que los médicos del príncipe aconsejaban a la reina Isabel separar por un tiempo al joven matrimonio, pues  conocian el ardor sexual de la archiduquesa y pensaban que esta frecuente actividad constituía un grave peligro para el príncipe español. Como fuere, su muerte supuso un gran dolor y frustración sobre todo para los Reyes Católicos, además entrañó que la primogénita de los monarcas españoles fuera de nuevo llamada a suceder al trono.



Al morir Juan, los reyes de Portugal, es decir, Manuel I y la primogénita de los RRCC fueron llamados a Castilla para que ésta fuera nombrada princesa de Asturias en 1498.  El rey Fernando intentó también que las Cortes aragonesas la nombraran su sucesora, para ello se desplazaron a Zaragoza, estando en ese momento la reina de Portugal embarazada de siete meses. En agosto de ese mismo año dio a luz a Miguel de la Paz,  el que sería heredero de las tres grandes coronas ibéricas del momento: Portugal, Castilla y Aragón. Pero la hija de los reyes de España murió después del parto de las hemorragias producidas por el mismo. En menos de un año los Reyes Católicos perdieron a dos de sus primogénitos y príncipes herederos, por lo que su nieto Miguel fue nombrado heredero de ambas coronas: Castilla y Aragón, además de la de Portugal.
Tras la muerte de su primogénita los Reyes Católicos se centraron en el cuidado de su nuevo heredero Miguel de la Paz, a su vez beneficiario del trono de Portugal, sin embargo, la muerte no tardó en actuar de nuevo, y el joven príncipe, sin haber aún cumplido los dos años de edad, murió en Granada en el año 1500, lo que supuso un golpe más a la salud de la reina católica, unido a  las sucesivas muertes que asolaron su familia.


Esta última muerte supuso que la tercera hija de los Reyes Católicos, Juana (con el tiempo apodada La loca y nacida el 6 de Noviembre de 1479 en Toledo) fuera jurada princesa heredera de las Coronas de Castilla y Aragón. Antes de entrar en la definitiva sucesión al trono español, apuntaré qué ocurrió con las dos hijas restantes de los Reyes Católicos: María y Catalina.
María, nacida en Córdoba en 1482 y cuarta hija de los reyes españoles contrajo matrimonio en 1500 con el esposo viudo de su difunta hermana, la princesa Isabel, el rey de Portugal Manuel I, de este matrimonio nació el siguiente rey de Portugal y la futura reina consorte de España y emperatriz de Alemania, Isabel, esposada con el hijo y sucesor de la nueva heredera, Juana, el que en un futuro se convertiría en el emperador Carlos V.
Catalina nació en 1485 fue casada con el heredero del trono inglés el príncipe Arturo de Gales, primogénito de Enrique VII de Inglaterra, en 1501; pero al año siguiente este último murió, para no perder la dote y un aliado contra Francia, los Reyes Católicos decidieron casarla con el hermano de su esposo fallecido, el que sería Enrique VIII de Inglaterra creador de la Iglesia anglicana, con motivo de la negativa del papado de declarar la nulidad de su matrimonio con la infanta española, con la excusa de tratarse de un matrimonio ilegítimo ya que Catalina desposó antes con su hermano; sin embargo, la verdadera razón fue que Catalina no consiguió que ningún heredero varón viviera después del parto y del posterior enamoramiento del rey de la cortesana Ana Bolena. Un obispo, de la nueva Iglesia creada, declaró la nulidad del matrimonio, y Catalina fue confinada en distintos castillos el resto de su vida. Murió en 1536 en el castillo de Kimbolton.


Por su parte, Juana como apuntábamos en la primera parte de esta serie casó con el hijo y heredero del emperador de Alemania Maximiliano I y de María de Borgoña. Se trataba del archiduque Felipe (conocido como El hermoso), que a la muerte de su madre, había heredado las posesiones de los Países Bajos y todos los títulos que acarreaba. Con la muerte de su sobrino Miguel, Juana era la siguiente en la línea de sucesión española, así, fue llamada por los Reyes Católicos para ser jurada junto a su esposo por las cortes castellanas en la catedral de Toledo el 22 de mayo de 1502 princesa heredera, dejando en Flandes a sus tres hijos mayores: Leonor (que sería la tercera esposa de Manuel I de Portugal a la muerte de su tía María de Aragón, y por tanto reina), Carlos (instruido por su tía Margarita de Austria, hermana de su padre y esposa a su vez de su tío Juan, primogénito de los Reyes Católicos, que se convertiría en rey de España y emperador de Alemania) e Isabel (que se convertiría en reina consorte de Dinamarca).


Lo que está claro es que Isabel la Católica ante el estado de salud mental de su heredera Juana había garantizado el orden de su reino, dejando en su testamento a Fernando, su cónyuge, como gobernador de Castilla si Juana se encontrara incapacitada para ello, pues eran conocidos sus repentinos ataques de celos, cuando su marido se alejaba de ella. Ya en la corte de Bruselas dio muestras de demencia y estando en España tuvo que ser reclutada por su madre pues embarazada de su cuarto hijo, Fernando (futuro emperador de Alemania también); de madrugada, intentó abandonar el castillo de la Mota para buscar a su esposo que había viajado a Flandes.
El 26 de Noviembre de 1504 muere Isabel la Católica, abriéndose así el problema de la sucesión de Castilla, que resolveremos en la siguiente parte de esta serie.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Crown